Cuando me tocas, mi cuerpo se estremece.

El más leve roce contiene la mayor carga eléctrica.

Un beso y el mundo estalla.

Escalofríos en el cuello.

Mariposas en el útero. 

La vida me ha traído

las cosas que siempre deseé 

a destiempo.

Cuando ya no las necesitaba.

Ha cumplido mis deseos

cuando ya era libre para aceptarlos. 

Parecía tan crucial…

Hasta que el tiempo escurrió su importancia

entre los dedos apretados. 

Hay muchos que por miedo a dar y a hacer poco,

dan o hacen mucho.

Cuando esto se prolonga en el tiempo,

se quedan sin nada que dar 

y sin nada que hacer. 

Te sientes en paz con la vida

cuando no haces nada

ni por debajo ni por encima

de tus posibilidades.

Me gusta el erotismo, la sensualidad.

El palpitar, el roce,

el erizarse.

Me gusta tu boca.

Lamerte el cuello y la mandíbula. 

Estoy preparada para ser Buda. 

Y la mujer luna. 

Y el lobo estepario.

Y la poeta en buhardilla visitada por sus amantes.

La única superviviente de una tragedia. 

Soy la mujer chamán

y el filósofo en la montaña.

Ahora vivo en un palacio rodeada de lujos

porque mi mente ya ha cumplido

con su peregrinaje redentor. 

Si me he peleado con el mundo,

ha sido solo para defenderme.

Incendio:

todo lo que en su día no quemé, ardió.

Tu herida fue fatal.

Tanto, que te salpicó la sangre que con ella me hiciste. 

Echo de menos lo que nunca fuimos.

¿No es acaso el sentimiento de soledad el abandono de uno mismo?

La creatividad más sublime

no consiste en tener recursos y crear,

sino en no tenerlos

y buscar el modo de crear igualmente. 

Tengo demasiada imaginación como para conformarme con lo ordinario.

Supongo que cuando eres adulto

ya no puedes querer como un niño:

con todas esas necesidades. 

Tarda tanto en llegar lo que deseo

que me he vuelto espera. 

Soy un ser descontrolado;

mi comedimiento es pura fachada. 

Para los que continúan esperando a que

alguien les salve la vida:

ANUNCIO

«Ya no queda nadie ahí fuera,

sálvese quien pueda.»

Mi saber es muy limitado.

Rezaré para que sea, por lo menos,

suficiente

Siempre quise ser Buda,

pero la iluminación descubrió mis sombras

y me caí de la flor de loto

escaleras abajo.

Para los que no creyeron en mí:

aún hay fe en mi delirio. 

Camino erguida, mantengo la compostura.

Por dentro se derraman las venas, me sangra la nariz.

La mente se mantiene estoica,

pero hay hemorragia en el cuerpo. 

Mi amigo, mi mentor, mi confidente;

incluso mi amante.

Lo fuiste todo un día.

Y después mi vi obligada a echarte de mi vida.

Como un maestro que viene para hacerte sangrar las rodillas

y, después de hacer su trabajo,

se retira.