Licenciada en Periodismo, apasionada por el autoconocimiento. He experimentado en mí lo que significa reencontrarse con uno mismo y desprenderse de los aprendizajes que inhiben el crecimiento y la libre expresión. Esto es lo que deseo compartir y entregar.
He dedicado incontables horas de mi vida a estudiar fuentes clásicas de filosofía oriental y occidental, a escuchar podcasts sobre psicología y neurociencia, he prestado curiosa atención a personas comunes con historias profundas… Solo se trataría de conocimiento prestado si no lo hubiese experimentado en mí. Difícilmente consigo recordar datos concretos de todo este bagaje pero fácilmente puedo ver de qué manera me ha ayudado en mi viaje. Han sido herramientas muy útiles para favorecer la predisposición y fluidez en el proceso de crecimiento y cambio y por eso sigo dedicando tiempo y dinero a estos recursos. También he invertido en webinars, conferencias presenciales, contenido exclusivo para miembros y sesiones 1:1
Crecí en el rural en el seno de una familia humilde y disfuncional. Ya desde pequeña mostré unas grandes ganas de aprender y hacer las cosas por mí misma. Mi adolescencia trascurrió aislada, sin apenas recursos y con dificultades para socializar y expresarme libremente. Mi primer trabajo fue en una fábrica levantando tablones de madera lo que me permitió pagarme la carrera junto con las becas. En el ambiente universitario, empecé a conocer personas y lugares más afines a mis inquietudes, saliendo por fin del pequeño círculo en el que me había sentido atrapada buena parte de mi vida. Los viajes se sumaron a este crecimiento. Todo ello fue satisfaciendo mis ansias de aprendizaje y experiencias. Cuando sentí que mi vida requería un nuevo cambio, puse todo de mi parte pero las cosas se torcieron y se acumularon un motón de bofetadas en varios ámbitos de mi vida. Las relaciones de pareja tóxicas, la precariedad laboral y una madre con cierto punto de dependencia, me hicieron sentir muy pequeña y caí en depresión. Renuncié a la medicación y decidí experimentarla de pleno. A la desgana absoluta y episodios de terror, le siguieron incontables intentos de entenderme y estar mejor. Escribir siempre me sirvió como liberación. Hasta que un día, después de haber sido golpeada por una de las personas que más amaba, decidí que tenía que tomar las riendas de mi vida. Desde entonces, he ido profundizando más y más en la psicología de la mente humana hasta llegar a la espiritualidad, para mí, la experiencia más elevada a la que se puede aspirar y mi amor más verdadero.
Hoy en día me percibo como una persona feliz, tranquila y madura en la que todavía perviven algunas trazas de traumas pasados. Una buscadora curiosa que no parece cansarse nunca.